Todo
ser humano tiene un sueño personal de la vida y ese sueño es completamente diferente
del sueño de cualquier otra persona. Soñamos en concordancia con todas las
creencias que tenemos y modificamos nuestro sueño según sea nuestra manera de
juzgar, según sean nuestras heridas. A eso se debe que los sueños nunca sean
iguales para dos personas. En una relación podemos fingir que somos iguales,
que pensamos de la misma manera, que sentimos lo mismo, que soñamos lo mismo,
pero eso es del todo imposible. Hay dos soñadores con dos sueños. Cada soñador
soñará su sueño a su manera. Este es el motivo por el que necesitamos aceptar
las diferencias que existen entre dos soñadores; necesitamos respetar el sueño
de cada uno.
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