martes, 15 de enero de 2013


Ya no importa cada noche que esperé, cada calle o laberinto que crucé, porque el cielo ha conspirado en mi favor y en un segundo de rendirme te encontré.
Piel con piel el corazón se me desarma. Me haces bien. Enciendes luces en mi alma.
Creo en ti y en éste amor que me ha vuelto indestructible, que detuvo mi caída libre.
Creo en ti y mi dolor se quedó kilómetros atrás; mis fantasmas hoy por fin están en paz.
El pasado es un mal sueño que acabó, un incendio que en tus brazos se apagó. Cuando estaba a medio paso de caer, mis silencios se encontraron con tu voz.

Te seguí y reescribiste mi futuro, es aquí mi único lugar seguro.