domingo, 17 de abril de 2011

A veces hay que saber decirle no a determinadas cosas de la vida.
A veces nos gusta mucho algo, como por ejemplo, la frutilla, pero resulta que nos da alergia, y por mas que al momento de comerlas pasemos realmente bien y disfrutemos como nunca, despues duele, pica, molesta, arde.
Y aunque el deseo de seguir comiendo frutillas es fuerte y la etapa de abstinencia es dolorosa, a la larga o a la corta nos vamos a sentir mejor.
Porque ya no vamos a poder comer frutillas, pero le encontraremos el gusto a otra cosa, que sea sana, normal y que no duela.
A la frutilla la vamos a seguir amando, siempre, pero a veces solo con eso no alcanza.
Y cada vez que pica, cada vez que harde y cada vez que duele, estamos mas y mas seguras de querer dejarla para siempre

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