martes, 19 de julio de 2011

Después de aquella noche, pasaron cada momento juntos. Y de pronto, eran inseparables. Era un romance improbable. Él era un niño del campo. Ella era de la ciudad. Ella tenía el mundo a sus pies, mientras que él no tenía donde caerse muerto. No concordaban mucho. De hecho, siempre se peleaban y se retaban uno al otro. Pero a pesar de sus diferencias, tenían algo en común... Estaban locos el uno por el otro

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