viernes, 2 de septiembre de 2011


Solo escucho promesas que nunca llegan a producirse, incumplidas. Dejad de mentir, de hacer daño y de hablar por hablar. No me digas todo lo que me quieres, o todo lo que me echas de menos, simplemente demuéstramelo. Tampoco me garantices que mañana me llamarás. No me digas más que cuentas la verdad, que me fíe de ti, porque después de tantas promesas incumplidas y palabras vacías, llega la desconfianza.

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